VOCALÍA ESCUELA

 

 

ALGUNOS CARGOS Y FUNCIONES DENTRO DE LA JERARQUÍA

 

EL PÁRROCO:

Es el pastor propio de la Parroquia que se le confía, y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del Obispo Diocesano, en cuyo ministerio de Cristo ha sido llamado a participar, para que en esa misma comunidad cumpla las funciones de enseñar, santificar y regir con la cooperación también de otros presbíteros o diáconos, y con la ayuda de los fieles laicos, conforme a las normas del derecho.

 

Son funciones que se encomienda especialmente al Párroco:

Ø     La administración del Bautismo.

Ø     La administración del Sacramento de la Confirmación en caso de peligro de muerte.

Ø     La administración del Viático y la Unción de los Enfermos.

Ø     Impartir la Bendición Apostólica.

Ø     Asistencia a los Matrimonios y Bendición Nupcial.

Ø     La celebración de funerales.

Ø     La bendición de la pila bautismal en tiempo Pascual, la Presidencia de las procesiones fuera de la Iglesia y las Bendiciones Solemnes fuera de la Iglesia.

Ø     La celebración Eucarística más solemne los domingos y fiestas de preceptos.

 

EL VICARIO PARROQUIAL:

Cuando sea necesario u oportuno para el buen desempeño de la cura pastoral de una Parroquia, además del Párroco puede haber uno o varios Vicario Parroquiales, como cooperadores del Párroco y partícipes de su solicitud, unidos al Párroco por una misma voluntad y empeño, trabajen bajo su autoridad en el ministerio pastoral.

 

Se puede constituir un Vicario Parroquial bien para que ayude en el desempeño de todo el ministerio pastoral de una Parroquia, o una determinada parte de ella, o a un grupo concreto de fieles.

 

El Vicario Parroquial ha de informar regularmente al Párroco sobre las iniciativas pastorales proyectadas o emprendidas, de manera que el Párroco y el Vicario puedan proveer en unidad de esfuerzos a la cura pastoral de la Parroquia, de la que son conjuntamente responsables.

 

EL VICARIO GENERAL:

En cada Diócesis el Obispo debe nombrar un Vicario General que le ayude en el gobierno de la Diócesis. El Obispo nombra libremente al Vicario General. Éste debe ser un sacerdote no inferior a 30 años, doctor o licenciado en Derecho Canónico o en Teología, o, al menos, verdaderamente experto en esta materia, y dotado de sana doctrina, honradez y prudencia en gestiones de asuntos.

 

EL VICARIO EPISCOPAL:

Son sacerdotes que deben cumplir con los requisitos del Vicario General. Son destinados a una circunscripción de la Diócesis, o para ciertos asuntos, o respecto a los fieles de un mismo rito o para un grupo concreto de personas. Tienen la misma potestad que el Vicario General.

EL DECANO:

Es quien está a la cabeza de un Decanato por mandato del Obispo. Un Decanato es: varias Parroquias unidas, cercanas físicamente, con una realidad física, antropológica, pastoral, etc., común.

 

El Decano es nombrado por el Obispo después de oír a los sacerdotes del Decanato. (canon 553) El Decano no está ligado al Párroco, es un ente coordinador de las actividades pastorales de su Decanato.

 

EL NUNCIO APOSTÓLICO:

El Romano Pontífice tiene el derecho de elegir y nombrar a sus propios delegados y enviarlos tanto a las Iglesias particulares, en las diversas naciones, como, a la vez, ante los Estados y autoridades públicas. Ellos representan al Santo Padre y al Estado del Vaticano en misiones pontificias, como delgados u observadores ante organismos internacionales, o ante conferencias o reuniones.

 

LOS MINISTROS LECTORES:

Respecto a la Iglesia Universal, la función de anunciar el Evangelio ha sido encomendado principalmente al Romano Pontífice y al Colegio Episcopal.

 

En relación con la Iglesia particular que le ha sido confiada, ejerce esa función cada Obispo.

 

Es propio de los Presbíteros, como cooperadores de los Obispos, anunciar el Evangelio de Dios. Esta obligación afecta principalmente, respecto al pueblo que le ha sido confiado, a los Párrocos y a aquellos otros a quienes se encomienda la cura de almas. También a los Diáconos corresponde servir en el Ministerio de la Palabra del Pueblo de Dios, en comunión con el Obispo y su Presbiterio.

 

Los miembros de los Institutos de Vida Consagrada, en virtud de su propia consagración a Dios, dan testimonio del Evangelio de manera peculiar, y son asumidos de forma adecuada por el Obispo como ayuda para anunciar el Evangelio.

 

En virtud del Bautismo y de la Confirmación, los fieles laicos son testigos del anuncio evangélico; con su palabra y el ejemplo de su vida cristiana también pueden ser llamados a cooperar con el Obispo y con los Presbíteros en el ejercicio del Ministerio de la Palabra.

 

LOS MINISTROS ACÓLITOS:

Los varones laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por Decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito mediante el Rito Litúrgico prescrito, sin embargo, la colocación de estos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia.

 

Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean acólitos, suplirles en algunas funciones, es decir, ejercitar la administración de la Sagrada Comunión (ad casum).

 

Existen tres tipos de Ministerios en la Iglesia Católica:

a)    Ministerios estables de Lector y Acólito: reservado a los varones laicos.

b)    Ministerios temporales: accesibles a todos los laicos.

c)    Ministerios extraordinarios: en función de SUPLENCIA de los Ministros Ordinarios.

 

La reserva de los primeros a sólo varones puede explicarse porque, aún tratándose de ministerios laicales, entran en el área de la preparación al ministerio ordenado que sólo el varón puede recibir válidamente.

 

EL CONSEJO PASTORAL PARROQUIAL:

Éstos deben ser representativos de todas las fuerzas vivas de la Parroquia. Cada Parroquia debe buscar la fórmula adecuada a sus grupos y realidad que en ella existan. Respecto del número, es importante cuidar que este no sea muy pequeño: no menos de 10 ni más de 30 personas.

 

Deben participar: el Párroco que lo preside, los Vicarios, los Diáconos, las religiosas, los representantes de cada Comunidad eclesial y los distintos grupos.

 

¡¡De Colores!!

 

 

                                                        Pbro. Francisco Fierro Espinoza

 

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